1.- Reforzamiento
positivo: Se trata de administrar un refuerzo positivo, primario o secundario,
cuando aparece la conducta que se desea implantar. Dado que para poder
administrar un refuerzo es necesario que el sujeto ejecute previamente la
conducta deseada, el reforzamiento positivo no debería ser considerado estrictamente
como un procedimiento de adquisición de nuevas conductas. Sin embargo, se le
considera así porque se emplea con conductas que el sujeto ejecuta con
frecuencia tan baja que puede decirse, desde un punto de vista funcional, que
no las posee.
Una vez la conducta esté instaurada,
se pasa a un programa de reforzamiento intermitente; es decir, se va
suprimiendo gradualmente el refuerzo, de manea que la conducta sea reforzada de
forma infrecuente, sin suprimir totalmente el refuerzo.
Procedimiento básico a seguir para
aplicar el reforzamiento positivo:
-Especificar
de forma concisa la conducta a modificar.
-Identificar
y seleccionar los reforzadores eficaces (que dependen de cada individuo).
-Administrar
de forma inmediata los reforzadores.
-Aplicar
los reforzadores contingentemente.
-Evitar
la saciedad empleando diversos reforzadores que el sujeto no tenga.
-Aproximar
la cantidad adecuada de reforzador.
-Ajustarse
al programa de reforzamiento fijado (puede ser reforzamiento continuo o reforzamiento
intermitente).
-Planificar
la transición de un tipo de programa a otro (como, de un programa de
reforzamiento continuo a uno de reforzamiento intermitente) con el fin de
generalizar los efectos.
2.- Moldeamiento por
aproximaciones sucesivas: Este procedimiento consiste en ir reforzando aquellas
conductas similares a la que se desea instaurar, de modo que se vayan generando
conductas con elementos comunes a la deseada, hasta que finalmente se produce
ésta, se refuerza y se condiciona, y así eliminar mediante extinción aquellas
que se alejan de la conducta deseada.
Para realizarlo correctamente,
deben seguirse una serie de pasos:
-Definir
de forma precisa la conducta final que pretendemos obtener.
-Elegir
una conducta más amplia que incluya la que pretendemos que el sujeto adquiera o
que tenga semejanza con ésta.
-Reforzar
dicha conducta (2), hasta que se presente de forma frecuente.
-Reducir
la amplitud de la conducta para que se parezca cada vez más a la conducta meta
utilizando para ello el refuerzo diferencial.
El moldeamiento se utiliza de forma
espontánea en el aprendizaje de habilidades cotidianas como aprender a hablar.
Así, cuando un niño produce los primeros balbuceos es reforzado por sus padres,
pero cuando produce las primeras sílabas ya no le refuerzan el balbuceo sino lo
último. Lo mismo ocurre cuando pronuncian las primeras palabras. De esta
manera, mediante el refuerzo diferencial los padres van reforzando aquellas conductas
que cada vez se parecen más a la conducta deseada (hablar), pero no las
anteriores.
3.- Desvanecimiento: Se
basa en la disminución gradual de las ayudas que se le han dado al individuo
para que realice la conducta deseada. Pretende que se mantenga el comportamiento
del individuo a pesar de la reducción de las ayudas que se le proporcionaron
para aprenderlo.
Consta de dos fases:
-Fase
aditiva: Se le suministra al sujeto todas las ayudas necesarias para la
consecución de la conducta meta.
-Fase
sustractiva: Las ayudas se van reduciendo de forma progresiva hasta que el
sujeto pueda realizar la conducta sin ninguna ayuda externa. La disminución
puede desarrollarse de distintas maneras: disminuyendo o demorando la ayuda o
bien reduciendo su intensidad.
En ambas fases, se han de facilitar
tras la emisión de conductas cercanas a la conducta objetivo, un refuerzo
continuo y contingente a dicha emisión. Esta técnica es utilizada junto con el
moldeamiento y, al igual que ella, suele emplearse tanto para el aprendizaje
cotidiano como para conductas más específicas (ámbito educativo, por ejemplo).
4.- Encadenamiento:
Supone descomponer una conducta compleja en conductas sencillas, de manera que
cada una de ellas suponga un eslabón de la cadena. La adquisición de la
conducta se produce mediante el reforzamiento de los “eslabones”, los cuales
son estímulos reforzadores para la respuesta anterior y estímulos
discriminativos para la siguiente.
Ejemplo: Si una chica quiere
prepararse para salir a la calle tendrá que realizar distintas conductas como
ducharse, vestirse, peinarse…De manera que cada uno de estos actos funciona
como estímulo discriminativo del siguiente (si ya me duché, ahora tengo que vestirme)
y como reforzador de anterior (poder peinarme es el reforzador de haberme
vestido, que a su vez es el reforzador de haberme duchado).
El aprendizaje mediante esta
técnica puede realizarse de varias formas:
-Encadenamiento
hacia atrás: Es el más utilizado. Se empieza por el último eslabón y se van
enseñando los restantes en dirección al inicio de la conducta.
-Encadenamiento
hacia adelante: En este caso sucede al contrario. Se enseña el primer paso y se
refuerza, luego se enseña en segundo y se refuerza la realización de ambos
juntos, etc.
-Tarea
completa: Utilizado para tareas sencillas, se trata de que el sujeto realice
todos los pasos seguidos, repitiendo la operación hasta que se consolide el
aprendizaje de la conducta. El reforzador se proporciona tras la realización de
todos los pasos.
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