1.- Extinción operante:
Consiste en la supresión de los refuerzos que mantienen una determinada
conducta, con lo cual ésta desaparecerá.
Al principio de la aplicación de
este procedimiento, se produce un aumento transitorio de la conducta que,
posteriormente, disminuye hasta desaparecer totalmente, siempre y cuando no se
vuelvan a restablecer los reforzadores anteriores, de lo contrario se
reforzaría intermitentemente esta conducta haciéndola más resistente a su extinción.
Este procedimiento se aplica a toda
conducta instrumental desadaptada que es mantenida por refuerzos identificados.
2.- Time-out (tiempo
fuera del refuerzo): Es uno de los procedimientos más utilizados del castigo
negativo secundario. Se utiliza fundamentalmente cuando, aun conociendo el
refuerzo que mantiene una conducta, no podemos suspender su administración. En
estas circunstancias se procede a retirar al sujeto de la situación en la que
realiza la conducta que se desea eliminar y alejarlo de los estímulos que lo llevan
a desarrollar la conducta indeseada.
Se describen algunas pautas para
su aplicación:
-La
primera vez que se aplique, se le deja claro al sujeto que no se le dejará de
aislar hasta que la conducta cese.
-Antes
de aplicar el aislamiento debemos intentar controlar la conducta de modo
verbal.
-El tiempo
de aislamiento debe ser de minuto por año de edad y puede aplicarse así hasta
los 15 años. De esta manera evitaremos que pueda entretenerse con la invención
de alguna actividad.
-No
reforzaremos ni positivamente ni negativamente antes o después del aislamiento.
-Si
esta técnica no resulta en una semana debemos cambiar el procedimiento.
3.- Reforzamiento de
conductas incompatibles: Se emplea fundamentalmente asociado al procedimiento
de extinción, y también a veces al castigo. Consiste en reforzar aquellas conductas
incompatibles con la que se desea eliminar, de manera que sea imposible la emisión
de la conducta indeseable. Se refuerza activamente la conducta incompatible,
sin aplicar ningún reforzador a la conducta a eliminar.
4.- Saciedad y práctica
negativa: Consiste en aumentar de forma considerable la administración del refuerzo,
como consecuencia o no de la conducta indeseable que está manteniendo, hasta
que el sujeto se sacie, de manera que el refuerzo pierde entonces todo su valor
como tal.
La práctica negativa consiste en que
el sujeto ejecute la conducta desadaptada voluntariamente, de manera masiva; de
este modo, el impulso que conducía a su aparición va perdiendo fuerza y dicha
conducta acaba por desaparecer.
Pasos para realizar la técnica:
-Se
debe detectar la frecuencia de la conducta para así determinar las sesiones.
-Se aplicará el reforzador de manera
continuada y en grandes cantidades hasta que la conducta adquiera un valor
aversivo.
Ejemplo: Si a un niño le encantan
las hamburguesas le daremos hamburguesas todos los días y a todas horas.
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